El Consorcio cataloga más de 100.000 imágenes del fotógrafo Xenaro Martínez Castro

Viernes, 10 Septiembre, 2021

El fotógrafo compostelano Xenaro Martínez Castro (1957-2007), especializado en fotografías de obras de arte, fue durante algo más de dos décadas testigo de la crónica cultural gallega. El Consorcio de Santiago está inventariando su fondo fotográfico, que posteriormente digitalizará para promover su divulgación a través de la página web.

 

El encargado de realizar esta tarea es el fotógrafo Xabier Ramos, experto en digitalización de documentos e imágenes. Explica que el trabajo comenzó el pasado mes de julio y en estos momentos “estamos catalogando todo el material, viendo su estado de conservación, las causas de la degradación de algunos negativos y las necesidades particulares que tiene cada negativo”. Indica que la colección está integrada por más de 100.000 fotografías, que califica como “una colección tremenda”, la mayoría diapositivas de 35 mm y de 6x6 (medio formato) y placas de 4x5 pulgadas, con una “calidad excepcional”.

 

Xenaro fotografió el encallamiento del Casón, la primera campaña electoral de Fraga, realizó instantáneas para la industria, campañas turísticas y muchos catálogos de arte

 

Xenaro inició su actividad profesional como fotógrafo de prensa en la década de 1980. De este período destacan sus imágenes del encallamiento del Casón en el año 1986, el seguimiento de la agenda socialista en Galicia, la vida parlamentaria o la primera campaña electoral de Manuel Fraga. En 1990 comienza a dedicarse a la fotografía publicitaria, en particular a la industrial y a la reproducción de obras de arte para catálogos, lo que representa su principal legado. Así, se encargó de los catálogos del Centro Gallego de Arte Contemporáneo -CGAC- desde su inauguración en 1993 hasta el año 2004. También fue durante años el fotógrafo de referencia de la Bienal de Arte de Pontevedra y trabajó mucho para el Museo de Pontevedra. Participó en proyectos artísticos como la exposición Galicia no tempo, en diferentes campañas del Xacobeo y turísticas de la Xunta de Galicia, al tiempo que inmortalizó muchas obras de teatro.

 

Xenaro Martínez Castro realizó además fotografías para la industria como las bodegas Martín Códax y Terras Gauda, Aluminios Cortizo, Gaseosas Feijoo, conserveras… Y fue un gran retratista de la Catedral de Santiago y de los elementos paisajísticos y patrimoniales del Camino de Santiago.

 

Según Xabier Ramos, en general la colección está muy bien conservada. Hay muy pocos negativos que presenten lixiviación, es decir, que con el tiempo las imágenes se vuelven gelatinosas, un problema que es necesario tratar, puesto que se generan unos gases que se contagian al resto del material. Estos negativos deben pues conservarse apartados de los demás.

 

Otro de los problemas que muestran algunos negativos es la contaminación por hongos. En los años 90 del pasado siglo solían guardarse en unos sobres de papel con un lacado brillante, lo que resulta atrayente para los hongos, debido a la humedad provocada por la falta de transpiración.

 

“Cuesta encontrar fotógrafos con la resolución profesional de Xenaro Martínez Castro, con un enfoque tan exquisito. Manejaba muy bien la cámara de placas, que no dispone de ningún automatismo y sólo enfocar resulta una tarea titánica” -destaca el técnico responsable del inventariado y digitalización de su fondo-.

 

Un curioso hallazgo

 

En este proceso de inventariado, entre todo el material se hallaron cuatro placas de vidrio que no eran de la autoría de Xenaro, datadas entre 1880 y 1890, posiblemente de un mismo fotógrafo. Se positivaron y el resultado es “un material exquisito”. Xabier Ramos señala que en tres de ellas aparecen tres mujeres que podrían ser hermanas debido a su parecido, posando dentro y fuera de su casa, un posado típico de finales del siglo XIX. La cuarta muestra a un hombre vestido de uniforme con su familia en la puerta de su vivienda.

 

Un complejo proceso de digitalización

 

Xabier Ramos apunta que la ingente cantidad de material de que se dispone prolongará el proceso de digitalización. “Exige una gran potencia de computación puesto que en fotoquímica cuando se digitaliza la película debe escanearse la una cantidad de píxeles muy alta”, ya que Xenaro trabajaba en diapositiva, apenas tiene fotografías en papel.