Concluyen las obras de limpieza del cimborrio de la iglesia de San Martín Pinario

Jueves, 5 Enero, 2017

El Consorcio de Santiago acaba de finalizar las obras de limpieza del cimborrio de la iglesia de San Martín Pinario. El presupuesto global de esta intervención ascendió a los 85.207,41 euros. Tal como explica el arquitecto de la Oficina Técnica del Consorcio responsable de este proyecto, Ramón Fernández Hermida, se limpiaron y rejuntaron la terraza y los muros del cimborrio de la iglesia y la cubierta del mismo, con el fin de evitar la entrada del agua de la lluvia al interior del edificio, que llegaba a producir goteras sobre el altar.

 

“El agua se filtraba por la terraza del cimborio, sobre todo por los encuentros de ésta con los muros y con la balaustrada y cornisas perimetrales y por la cubierta. Las obras se centraron pues en la limpieza de la terraza, muros y cornisas mediante la eliminación de plantas y musgos; junto con el rejuntado de la cantería y el retejado de la cubierta del cimborrio. También se repararon las cubiertas de los cuerpos bajos en todo el perímetro del cimborrio, resolviendo los encuentros de los muros con las cubiertas inferiores con lámina de plomo y reutilizando la teja que estaba en buen estado” -señala el arquitecto-.

 

Además, la entrada de agua hacia los rellenos de los muros producía el debilitamiento del sistema estructural del edificio y acababa apareciendo por la cara interior de la cúpula de la iglesia, por lo que la actuación iba destinada a resolver todas estas patologías.

 

El estado de la cúpula de la iglesia

 

En la cubierta del cimborrio faltaban algunas tejas y otras estaban rotas. En la piedra de las fachadas había zonas invadidas por la vegetación y áreas colonizadas por mohos y líquenes. Por la cara interior de la cúpula, en el interior de la iglesia, se veían zonas con humedad que acababan por gotear encima del altar. Estas patologías eran provocadas por las filtraciones del agua de la lluvia, que entraba tanto por las juntas de la piedra como por los encuentros entre paramentos y zonas de apoyo de los balaustres, ornamentos…

 

Una vez eliminadas las plantas superiores, así como las algas, mohos y líquenes, se limpió toda la superficie de fachada con un cepillo de esparto o cerdas y agua limpio sin presión, para no dañar las juntas o la superficie de la piedra. Con la fachada limpia, se procedió a limpiar en profundidad las juntas abiertas que habían sido invadidas por plantas y raíces. Y también se limpiaron las grietas y fisuras con el fin de eliminar todo el material de aporte tanto del viento como por parte de las aves y demás colonizadores. Por último, se aplicó un tratamiento superficial impermeable al agua pero permeable al vapor de agua, que permitirá la eliminación de la humedad del interior de la fábrica.